lunes, 23 de mayo de 2011

Intuición





El halcón no piensa durante la caza.
No se preocupa por la teoría o por la ética.
Todo lo que hace es natural.

Los animales viven vidas simples cercanas al Tao. No necesitan pensar o razonar: Nunca dudan de sí mismos. Cuando tienen hambre, comen. Cuando están cansados, duermen. Responden a los ciclos del día acorde a su intuición. Se emparejan en la estación adecuada, y nutren a sus pequeños acorde a su propio entendimiento. Cuando mueren, caen bajo los dientes de los depredadores o ante el desapasionado cambiar de las estaciones.

En contraste, nosotros como seres humanos nos separamos de la norma natural, y nos preocupamos sobre la acción ética. Los extremos de comportamiento se han vuelto más variados, cubriendo toda la gama desde lo sádico hasta lo moralista. El Tao considera todo eso artificial y antinatural. ¿Por qué divorciarnos de la naturaleza?

El seguidor del Tao prefiere vivir completamente en concierto con el Tao, evitando la interferencia de la teoría y el pensamiento excesivo. Aunque primero debamos aprender rigurosamente habilidades y ética, debemos llegar a encarnarlas tan completamente que se vuelvan subconscientes. Reaccionar a una situación preguntándose qué está bien y que está mal ya es demasiado lento. Uno debe hacer intuitivamente lo que es correcto. No debería haber presagios sobre un acto, ni dudas acerca de uno mismo.

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