martes, 24 de mayo de 2011

Autosuficiencia

Se autosuficiente pero no te aisles.
Cuando el rey de China cerró las fronteras,
Comenzaron los siglos de estancamiento y decadencia.


Toda la filosofía del Tao pretende dirigirte a la autosuficiencia. Lo que sea que uno necesite hacer en la vida, uno debería ser capaz de hacerlo por sí mismo. Ya sea el estar atrapado en la selva o el enfrentarse a una reunión social que requiera gracia y etiqueta, uno debería ser capaz de arreglárselas con facilidad y aplomo.

Ser autosuficiente no es lo mismo que estar aislado. Este es un punto muy importante. Cuando el rey de China cerró las fronteras, el país era lo bastante autosuficiente como para disfrutar de lo más bien del aislamiento. La nación entera se retrajo a una mágica satisfacción. Pero eventualmente se desarrolló una sociedad endogámica. Comenzó el estancamiento y la decadencia.

El mismo problema puede surgir en personas que son tan autosuficientes que fallan en captar totalmente la vida. Una de dos: o sufrirán una implosión por el puro peso de su propia decadencia y estancamiento, o explotarán una vez que el mundo exterior los confronte con algo que no puedan comprender.

Aquellos que siguen el Tao recorren el mundo. Puede que aprovechen las ventajas de retiros temporales e intenso auto cultivarse, pero no se aislan permanentemente. Fluyen con el Tao, están con todas las cosas, y por lo tanto evitan la decadencia.

Matrimonio



Muro de llamas, puente de lágrimas.
Copo de nieve sobre eslabones recién forjados.

Para que un matrimonio dure, una pareja tiene que atravesar grandes tribulaciones y penurias. Es como el proceso de forjar y unir eslabones de acero. El hierro debe ser calentado a una alta temperatura y luego sumergido en agua fría. Un matrimonio alterna entre el calor de la pasión y el amor, y los gélidos momentos de la tragedia, el conflicto y la adversidad. Un matrimonio perdurable se vuelve como acero templado.

Es difícil ir solo por la vida. Todos necesitamos el apoyo y el sentido de pertenencia que vienen de trabajar hacia metas compartidas con otro. Para que esa relación funcione, tiene que haber una compatibilidad básica de valores, perspectivas y propósito. Una pareja puede conocer una lealtad que no se encuentra en ningún otro tipo de relación. Pero incluso ante tal fuerza, el Tao nos recuerda la necesidad de la moderación.

A la larga, toda relación es temporal. El falso apego a otro puede volverse una adicción, una esclavitud voluntaria en detrimento de una percepción clara. No deberíamos amarrar a otro a nosotros, no deberíamos definirnos a nosotros mismos por nuestro matrimonio, ni deberíamos forzar a otro a quedarse con nosotros. Pero si se nos permite la posibilidad de caminar juntos, ¿quién es alguien para cuestionar nuestra elección de compañeros de camino?

Cuando llegue el momento de separarse, es tiempo de separarse. No debería haber arrepentimientos. La belleza del matrimonio es como la efímera perfección de un copo de nieve.


Ocio

Gorjeo de pájaros, vanguardia de la lluvia que viene,
Ladridos de perro atraviesan raudos la aldea en penumbras.
El humo eleva una columna a través de los pinos, 
Familias contentas cenan en ventanas doradas.

El pulso de la vida se mide en los huecos, los intervalos entre los eventos. Si quieres ver el Tao, debes discernir esos espacios. Esto requiere de ocio, la posibilidad de sentarse y contemplar, y la oportunidad de responder a los impulsos internos.

Si puedes encontrar un lugar al cual retirarte, puedes hacer una vida en que el Tao te inundará. Afuera en el bosque, o en las montañas, o incluso en pequeños pueblos donde el tiempo anda a paso lento y la gente es sensible a la naturaleza, existe la posibilidad de conocer lo hondo y lo profundo. Sólo cuando tienes el tiempo para acumular una fe y una creencia inquebrantables puedes atisbar el Tao en el que hay descanso y un sentido natural de lo que está bien.

Pareja



La pasión no es sino un preludio a
Años de gradual despliegue.


Algunas personas se emparejan de por vida. Tal vez sus aventuras amorosas comienzan por un capricho o quizás con pasión y erotismo. Eventualmente eso da paso a un compañerismo más estable. No todas las parejas pasan intactas este período de transición, sino aquellas que encuentran un nuevo modo de relacionarse el uno con el otro. Amantes devotos encuentran que se pueden aceptar los defectos menores. A su vez, encuentran aceptación a pesar de sus propios defectos e inseguridades inherentes.

El amor maduro es paciente, desinteresado, generoso y amable. El amante se vuelve más importante que el yo. En el amor, encontramos trascendencia y una unidad que nos es inalcanzable estando solos.

Muchos sabios hablan en contra del amor romántico. ¿Podrá ser que no lo han sentido nunca o que hayan sido amargamente decepcionados? Los individuos deberían conocerse bien a si mismos. Si están hechos para el amor, lo sabrán.

En última instancia, el otro es divino y la divinidad habita en el otro. A través del amor, uno puede conocer la belleza de la unidad y la totalidad. Sin lo femenino, el elemento masculino es estático y estéril. Sin el elemento masculino, lo femenino es potencial ilimitado sin un catalizador. A través de la unificación, encontramos altruismo, pureza y divinidad.

Incoloro

¿Cuál es la diferencia ente lo erótico y lo espiritual? 
Templos y amantes son igualmente chillones.
 

¿Cuál es la diferencia entre erotismo y espiritualidad? Ambos se refieren al éxtasis. Ambos conducen a la trascendencia del yo. Ambos llevan a la unificación con un orden mayor. Ambos son vulnerables a los excesos de la perversión, la lujuria, el sadismo, la obsesión y la locura. Erotismo y espiritualidad – los dos más profundos intentos de la humanidad son gemelos. 

Ambos, erotismo y espiritualidad suponen involucrarse intensamente con la diversidad y color del mundo. Pero hay un orden más alto, un estado donde uno es la santidad misma. Entonces nada del mundo del color te importa ya. Los placeres de la cama no significarán nada. Tampoco las glorias de los esfuerzos del asceta significarán nada. Sólo al entrar al incoloro estado de luz pura y cegadora, puede haber libertad de los gemelos. 

La meditación cambia tu consciencia. El tipo de consciencia que emerja depende de la meditación. Tu consciencia a su vez colorea tus percepciones del mundo que te rodea. No existe tal cosa como la realidad objetiva. Tú lo coloreas todo. Si quieres el nivel más elevado del ser, ten como objetivo la consciencia sin color. 

lunes, 23 de mayo de 2011

Intuición





El halcón no piensa durante la caza.
No se preocupa por la teoría o por la ética.
Todo lo que hace es natural.

Los animales viven vidas simples cercanas al Tao. No necesitan pensar o razonar: Nunca dudan de sí mismos. Cuando tienen hambre, comen. Cuando están cansados, duermen. Responden a los ciclos del día acorde a su intuición. Se emparejan en la estación adecuada, y nutren a sus pequeños acorde a su propio entendimiento. Cuando mueren, caen bajo los dientes de los depredadores o ante el desapasionado cambiar de las estaciones.

En contraste, nosotros como seres humanos nos separamos de la norma natural, y nos preocupamos sobre la acción ética. Los extremos de comportamiento se han vuelto más variados, cubriendo toda la gama desde lo sádico hasta lo moralista. El Tao considera todo eso artificial y antinatural. ¿Por qué divorciarnos de la naturaleza?

El seguidor del Tao prefiere vivir completamente en concierto con el Tao, evitando la interferencia de la teoría y el pensamiento excesivo. Aunque primero debamos aprender rigurosamente habilidades y ética, debemos llegar a encarnarlas tan completamente que se vuelvan subconscientes. Reaccionar a una situación preguntándose qué está bien y que está mal ya es demasiado lento. Uno debe hacer intuitivamente lo que es correcto. No debería haber presagios sobre un acto, ni dudas acerca de uno mismo.

Misticismo





Todas las tradiciones místicas son una. 
Son la semilla de todas las religiones. 


Tao. Zen. Tantra. Yoga. Kabbalah. Sufismo. Misticismo Cristiano. Chamanismo. Y tantas otras más secretamente atesoradas por sus adherentes. Todas ellas comparten la misma mística sensación de comunión con lo divino. La meditación no es algo peculiar de una cultura. 

Todas las culturas conocen un núcleo místico que enfatiza el continuo refinamiento, la meditación y la unificación con el gran cosmos. Yo llamo a ese gran orden Tao. Ellos lo llaman con nombres diferentes. ¿Qué importa cómo lo llame la gente? Cuando descubrieron lo que era sagrado, pronunciaron diferentes sonidos acorde a su historia y su cultura, pero todos descubrieron la misma cosa. Hay sólo una fuente divina en la vida. 

Por generaciones, místicos de todas las tradiciones se han inmerso en el Tao. Cuando se encuentran en los niveles impronunciables, saben sin palabras que han alcanzado el mismo núcleo de espiritualidad. No importa en qué lugar del mundo estés, allí hay tradiciones con la pureza necesaria para llevarte al Tao. 

sábado, 21 de mayo de 2011

Intensidad



El Tao es extrañamente incoloro, 
Sin embargo intenso. 
Te agarra como un maremoto.
 

Los libros antiguos describen al Tao como extrañamente incoloro. ¿Qué quieren decir con eso? Cuando los dioses aparecen en destellos de luz cegadora, cuando el infierno bosteza con llamas y chispas, ¿cómo es que el Tao, supremo sobre todo, es extrañamente incoloro? 

La descripción de incoloro es una referencia al hecho de que el Tao está más allá de todas las descripciones. Cuando experimentes el Tao, reconocerás que lo que tienes entre manos es algo sumamente correcto. Pero será imposible conceptualizarlo o reproducirlo. De hecho, mientras más tratas de sujetar al Tao, más elusivo se vuelve. Es una paradoja el que algo incoloro pueda ser tan intenso, apasionante e inolvidable. 

¿Has practicado alguna vez algún deporte competitivo, como por ejemplo, fútbol? ¿Has sentido alguna vez ese dulce momento, cuando todo salía bien casi sin esfuerzo? Cuando estabas inmerso en ese momentum, ¿te dijiste a ti mismo, “No hagas nada que quiebre esto. No digas nada, no lo arruines”? Esa sensación es un poco de como se siente el estar con el Tao. Si trataras de desglosar lo que te estaba pasando, no podrías. Si trataras de reproducirlo más adelante en otro partido, no podrías. Si trataras de “dominarlo”, de tomar crédito por él, de explicar qué pasó, no podrías. Luego en privado al reflexionar, te darías cuenta de que la experiencia que sentiste fue lo suficientemente fuerte para mover a otros, para barrerlo todo ante ti, para mantenerte en intensidad. Lo que sentiste fue el Tao. 

Arrugas



Líneas en la cara, tatuajes del envejecimiento.
La vida se demuestra sobre el cuerpo
Como los pinchazos de aguja de una máquina ciega.

Mientras más viejos nos ponemos, más conscientes somos del envejecimiento. Apenas podemos recordar la inocencia y la exuberancia de la niñez. Quedamos sorprendidos por la vitalidad juvenil y los rostros sin marcas cuando vemos nuestras fotos de antes. Cuando miramos en el espejo, reconocemos de mala gana la envejecida máscara. Parece que no hay escape a las marcas de la vida.

Cada experiencia que tenemos, cada cosa que hacemos y pensamos es registrada sobre nosotros tan indeleblemente como el firme bordado de un artista del tatuaje. Pero en gran medida, el diseño y el dibujo que surgirá depende de nosotros. Si vamos donde un artista del tatuaje, somos nosotros los que seleccionamos el dibujo. En la vida, somos nosotros los que seleccionamos en qué nos convertiremos mediante las acciones que realizamos. No hay razón para ir por la vida irreflexivamente, para dejar que el accidente nos forme. Sería como dejarse tatuar por un hombre ciego. ¿Cómo podrías evitar el volverte viejo y feo?

Mosaico



Azulejos de cornalina, lapislázuli y jade, 
El muralista compone su cuadro 
Un centímetro a la vez. 
Sola, cada pieza es preciosa; 
Unidas forman un todo invaluable.
 

No lejos de donde crecí, había un muralista cuya especialidad era el mosaico. Aceptaba encargos desde todo el mundo y también colaboraba con varios artistas famosos en sus murales y esculturas. Tenía botes y cubos llenos de toda clase de materiales fascinantes. Algunos eran vidrios rojos, azules y amarillos. Otros eran de elaborada cerámica esmaltada. Unos pocos eran piedras como lapislázuli, turquesa, malaquita y obsidiana. Algunos incluso tenían reflejos de oro y plata, y esos serían los primeros en brillar cuando él enjuagara el mortero. 

Dios puede estar en los detalles, pero también es importante conocer el panorama general. 

Aquí es donde el muralista es tan buen ejemplo. El sabía cómo tenía que ser cuadro completo, y sin embargo tenía la suficiente concentración para montar enormes retablos hechos de pequeños centímetros cuadrados. Eso es conocer ambos, lo pequeño y lo grande. Sigue su ejemplo y nunca serás mezquino; sin embargo no perderás de vista la relación entre lo microcósmico y lo macrocósmico.